El zumo (o
jugo) de naranja es un zumo de frutas en forma de líquido obtenido de exprimir el
interior de las naranjas (Citrus sinensis), generalmente
con un instrumento denominado exprimidor. El mayor exportador de zumo de naranja es Brasil, seguido
de Estados
Unidos (principalmente Florida). Los usos culinarios del zumo de naranja son diversos
y participan principalmente como refresco. El zumo de naranja es un producto
alimenticio complejo compuesto de diversos ingredientes, hoy en día puede
adquirirse exprimido en envases de tetra brick
en casi cualquier supermercado.
Generalmente en la
extracción de zumo de naranja los
rendimientos son del 40 %; es decir, de 100 Kg de fruta se obtienen 40 Kg de zumo, y un contenido
en sólidos solubles, del orden de 10.5 a 12.0° Brix. El zumo extraído es filtrado
con la ayuda de un tamiz de acero inoxidable de 125μm, cuyo fin es el de evitar
la presencia de sólidos en suspensión como semillas, y partículas groseras que
pueda contener el zumo (Cevallos y Velásquez, 2007).
Según la Norma del Códex, se entiende por zumo (jugo)
concentrado de naranja, el zumo sin fermentar, pero fermentable después de su
reconstitución, conservado por medios físicos exclusivamente obtenido mediante
el procedimiento de concentración que consiste en la separación física del agua
hasta que el contenido de sólidos solubles de la naranja no sea menor del 20%
m/m, determinado con refractómetro a 20°C , sin corregir la acidez, y expresado en
°Brix en las Escalas Internacionales de Sacarosa (con exclusión de los azúcares
añadidos) y puede comprender la adición de (1) zumo o concentrado o agua
adecuados para conservar los factores esenciales de composición y calidad del
concentrado, y (2) componentes volátiles naturales del zumo de naranja, cuando
éstos hayan sido extraídos anteriormente. La materia prima de que se
obtenga el producto será mediante un procedimiento mecánico de naranjas (Citrus sinensis L. Osbeck) maduras y en buen estado.
El ácido ascórbico o vitamina C
desempeña un importante papel en muchas reacciones en las que interviene la
incorporación de oxígeno molecular al sustrato. Interviene en la síntesis de
colágeno, también es importante para la síntesis de las hormonas esteroideas y
en el metabolismo de los lípidos. La vitamina C no evita la aparición de
resfriados de naturaleza vírica pero la ingesta continuada de vitamina C,
puede reducir los síntomas del resfriado (Infoagro, 2009). Finalmente, la vitamina C es
un antioxidante biológico que protege al organismo del estrés oxidativo
provocado por las especies oxigeno reactivas.
2.3.1 Microbiología de los
zumos cítricos
En zumos cítricos, la actividad
microbiológica generalmente es perjudicial, ya que además de afectar a la
composición del producto, puede tener consecuencias patológicas, como los casos
recientes de enfermedades y muertes debidas a la contaminación microbiana en
zumos de frutas, que han hecho que se preste especial atención a este aspecto
del procesado de cítricos (Cevallos y Velásquez, 2007).
La contaminación microbiana es una de
las principales alteraciones que pueden sufrir los productos cítricos. Algunos
microorganismos son patógenos humanos (que producen enfermedades que afectan a
las personas) y representan una de las principales precauciones de las
industrias de elaboración de alimentos. Otros, aunque no son patógenos,
estropean la calidad de los alimentos y los hacen desagradables o incluso
inaceptables para el consumidor. En zumos no concentrados, el crecimiento
microbiano puede generar diacetilo, un compuesto que puede producir un sabor y
aroma lácteo indeseable. En los concentrados en los que se ha producido
crecimiento microbiano son comunes los aromas alcohólicos propios de la
fermentación por levaduras, como el del alcohol isoamílico, cuyo umbral de
detección sensorial en zumos de naranja concentrado congelado es alrededor de 1
ppm. Otros productos que pueden aparecer en concentrados de cítricos como
consecuencia del deterioro microbiológico son el acetaldehído, etanol,
nbutanol, isobutanol y alcohol amílico. Algunos patógenos comúnmente
transmitidos por alimentos son Salmonella, Listeria, E. coli O157:H7,
Clostridium y Campylobacter. Sin embargo, los microorganismos que se
desarrollan en los productos de cítricos generalmente no son patógenos, aunque
pueden proliferar determinadas bacterias, levaduras y mohos que toleran las
condiciones ácidas. Los microorganismos patógenos crecen generalmente en medios
con pH mayor que 4.6, mientras que el pH de los zumos de cítricos es de 2.0
(limones/limas) a alrededor de 4.4 (naranjas). Sin embargo, se han producido
entre 1944 y 1995 siete brotes patológicos documentados como consecuencia del
consumo de zumo de naranja (Cevallos y Velásquez, 2007).
La preocupación por la seguridad de
todo tipo de zumos recién exprimidos ha impulsado a la Agencia de alimentos y
medicamentos de los EE UU (Food and Drug Administration, FDA) a imponer normas
que obligan a implantar un programa documentado de Análisis de peligros y
puntos de control críticos (APPCC) o programa HACCP, si se utiliza el acrónimo
inglés, que incluye la comprobación de la ausencia de Salmonella y E. coli O157:H7 (Cevallos y Velásquez,
2007).
Aunque en los zumos de cítricos se han
aislado bacterias productoras de ácidos de los géneros Aerobacter y Xantomonas,
únicamente las bacterias lácticas de los géneros Lactobacillus y Leuconostoc
afectan de forma significativa a los productos de cítricos. El diacetilo (2,3-bitanodiona),
generado como producto del metabolismo del ácido cítrico por Lactobacillus, imparte a los zumos de
cítrico un sabor y olor a mantequilla no deseable y es la principal causa de
rechazo de zumo no concentrados contaminados en la industria. Estos
microorganismos no patógenos pueden crecer a temperaturas de 5 a 53ºC , y su intervalo de
temperatura de crecimiento óptimo es generalmente de 30 a 40ºC . Las bacterias del género
Lactobacillus (Figura 14), son
muy sensibles a la presión osmótica, siendo su crecimiento lento cuando la
concentración de zumo es de 35
a 38ºBrix y nulo a concentraciones mayores que 45ºBrix (Cevallos
y Velásquez, 2007).
Mientras el
Leuconostoc es
una bacteria cocoide gram-positiva, produce ácido láctico, etanol, dióxido de
carbono y diacetilo, por lo que genera el mismo sabor y olor a mantequilla que
las bacterias del género Lactobacillus. Su intervalo de temperatura de
crecimiento óptimo es de 20 a
30ºC y su
intervalo de temperaturas de crecimiento de 10 a 37ºC . (Cevallos y Velásquez,
2007).
E. coli O157:H7 es un coliforme
fecal, proviene de la superficie de la fruta que procede de huertos en los que
se han utilizado fertilizantes orgánicos o que están situados en regiones en
las que hay presencia de animales silvestres (Cevallos y Velásquez, 2007).
Por otro lado el género Salmonella (Figura 15) que incluye las especies
S. Typhi, S. hartford, S. gaminara y S. rubislaw han sido
relacionadas con brotes patógenos debidos al consumo de zumos de cítricos
contaminados (Cevallos y Velásquez, 2007). Su temperatura ideal es de alrededor
de 40ºC ,
pueden crecer en condiciones de almacenamiento frigorífico y a temperaturas de
hasta 60ºC .
Bacillus subtilis y Bacillus pumilus, se encuentran a veces en la superficie
de los cítricos y se incorporan al zumo durante la extracción. Pueden ser
termófilos, es decir a altas temperaturas, y pueden sobrevivir el tratamiento
térmico de la pasteurización o evaporación de los zumos de cítricos. Estos
microorganismos no son patógenos, pero su importancia radica en que pueden
dificultarse mucho, o incluso imposibilitar, el recuento de colonias en placa
(Cevallos y Velásquez, 2007).
Las levaduras
pueden sobrevivir
fácilmente en concentraciones de cítricos de 58 a 65ºBrix. Son el principal
problema microbiológico de los concentrados de cítricos, producen CO2
y alcohol. Según estudios recientes, la levadura que más frecuentemente
contamina los zumos de cítricos pasteurizados es probablemente Saccharomyces
cerevisiae, (Cevallos y Velásquez, 2007).
Los mohos generalmente no afectan a
los productos de cítricos, crecen a veces en la superficie de los envases de
cartón y cajas con bolsa interior (bag-in-box) y pueden contaminar el zumo que
contienen dichos envases, incluso en condiciones de refrigeración (Cevallos y
Velásquez, 2007).
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