sábado, 23 de noviembre de 2013

Vegetales transgénicos y sus riesgos toxicológicos

    Vegetales transgénicos y sus riesgos toxicológicos

Según: Valls, Mario (2000) Las plantas tienen mecanismos naturales de defensa. Uno de estos mecanismos  es la producción  de toxinas que las protegen de determinadas enfermedades y de los herbívoros. La manipulación genética puede  inducir la producción  de dosis mayores de estas sustancias toxicas, su presencia  en el fruto o en partes de la planta donde antes no se producían, o la aparición de compuestos totalmente nuevos dañinos para la salud.

También puede  provocar otras alteraciones en la composición de los alimentos, con efectos desconocidos para la salud humana. La transformación de cultivos mediante ingeniería genética puede, por ejemplo, potenciar la producción de sustancias que son saludables cuando  se consumen  en pequeñas cantidades, como algunas vitaminas y minerales, pero que pueden  tener efectos tóxicos en dosis mayores a las habituales. En la soja resistente al Roundup, por ejemplo, se han detectado  alteraciones del nivel de toestrógenos producidos por la planta, cuyo efecto se desconoce  y que no se tuvieron en cuenta en la evaluación de seguridad requerida en el proceso  de autorización

También puede darse una rdida de las cualidades nutritivas de un alimento, al disminuir determinados  compuestos  o aparecer sustancias anti nutrientes, que impiden su correcta asimilación.


En varios estudios de toxicidad se han detectado trastornos  en los animales alimentados con OMGs. En ensayos realizados con ratas a las que se alimento con tomates transgénicos Flavr Savr el primer tomate transgénico autorizado en EE UU-, varios animales presentaban principio de úlcera en el revestimiento del estómago.

Otra investigación realizada en Italia revelaba alteraciones morfológicas signicativas sin causa aparente en las células del hígado de ratones alimentados con soja transgénica. Más recientemente, el comité científico del gobierno francés se pronunciaba  en contra de la aprobación de un maíz autorizado  por la Comisión Europea en Octubre 2004, por considerar  que  las  anomalías aparecidas en los estudios toxicológicos eran muy preocupantes y que no se encontraba en situación de concluir la inexistencia de riesgos para la salud animal.


La documentación sometida a consideración de dicho comité cientíco que Monsanto se negó  a hacer pública alegando  secreto comercial- revelaba daños en los riñones y en las células sanguíneas de ratones que habían consumido el maíz transgénico. Estas alteraciones nunca han llegado a investigarse a fondo, sin embargo, se han intentando silenciar

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